41 - MACELA DO CAMPON Achyrocline satureioides (LAM.) DC.( ASTERACEAE)
41- Macela-do-campo - Achyrocline satureioides (LAM.) DC.
(ASTERACEAE)
Planta herbácea perenne, muy ramificada, de hasta 1,2 m de altura, con ramas cilíndricas y textura lanosa. Las hojas son simples, alternas, de 7 cm x 1 cm, en forma de lanza o lineal, con márgenes completos, puntas afiladas y textura rugosa, con cabello blanquecino en ambos lados. Las flores están organizadas en grupos, con pétalos delgados, de color crema, rodeadas de brácteas con un ápice agudo, con un fuerte olor característico. La fruta en miniatura es del tipo de aquenio, dispersada por el viento.
Esa idea de un paisaje rural casi se reduce a la floración de la macela, que crea ritmos de color y volumen en el paisaje. Por alguna razón, su visión es acogedora y su composición con otras plantas es esencial.
Distribución: planta nativa en el medio oeste, sudeste y sur de Brasil en formaciones rurales.
Situación en São Paulo: Común en lotes baldíos, fragmentos antiguos de sabana y bordes de carreteras, así como en la cima de colinas y bordes de senderos.
Cómo plantar: la raíz es poco profunda y se quita fácilmente, tratando de conservar el cepellón. Siempre es preferible tomar plántulas pequeñas, alrededor de 15 cm, y plantar con un poco más de tierra orgánica y húmeda. Se reproduce muy rápido, siendo una buena forma de crear volúmenes en la vegetación.
Usos: Macela es una planta de una belleza muy distinta, ya sea por su delicada floración o por su color blanquecino, formando densos macizos reconocibles a larga distancia. A partir de sus flores secas, se produce una infusión aromática con varias propiedades medicinales, como sedantes, antiinflamatorios, digestivos y analgésicos. En el sur, se usa junto con chimarrão. También se usa tradicionalmente para hacer pequeñas almohadas que, dicen, combaten el insomnio.
ALMEIDA, SP DE ET AL. CERRADO: ESPECIES VEGETALES ÚTILES. PLANALTINA: EMBRAPA-CPAC, V. 464, 1998.
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Macela-do-campo exuberante no Cerrado Infinito da Casa das Caldeiras.
Para os que gostam do desafio de deixar as plantas se expressarem de acordo com as estações, olhem como a florada persiste mesmo na seca, ainda que um pouco mais discreta.
Esta macela da Casa das Caldeiras foi uma das maiores que vi, a florada exuberante, foi consequência de um solo adequado, e uma irrigação no inverno.
Os mercados populares, sempre escondem surpresas. Graças a eles, a cultura de uso de muitas plantas campestres ainda vive no meio do asfalto. Em Porto Alegre, se vende a macela-do-campo para fazer chá, ou colocar no chimarrão. Enormes maços já indicam sua apreciação e consumo.
O chá de macela tem propriedades medicinais bem conhecidas, serve para aliviar problemas digestivos (como gases, indigestão e cólicas), combater inflamações (como gastrite e úlceras), reduzir a retenção de líquidos, e tem ação relaxante que pode ajudar no sono e no controle da ansiedade.
A macela é abundante nos campos ao redor de Porto Alegre, sendo uma das muitas espécies que compartilham o cerrado e o Pampa. Em São Paulo ela é bem ruderal, presente em vários terrenos baldios.
Com a destruição do Cerrado Infinito da Casa das Caldeiras, só resta coletar as flores da macela, para pegar sementes e fazer chá.